En el momento de nacer, lo bebés tienen desarrollado alrededor del 25% del cerebro que llegarán a tener en la edad adulta. Aunque nacemos ya con todas las neuronas que necesitaremos durante nuestra vida, las conexiones entre ellas son muy escasas. Durante los primeros años de vida se desarrollarán los axones y dendritas que unen las neuronas, multiplicándose, extendiéndose e interconectándose unas con otras. Este proceso es precoz, sobre los 10 años de edad nuestro cerebro es casi ya como el de un adulto.
Este proceso de desarrollo de axones, dendritas, y conexiones entre las neuronas se llama neuroplasticidad. Es debido a esta neuroplasticidad que la estimulación temprana cobra tanta importancia en la vida de un niño/a pequeño/a. La estructura cerebral se forma a partir de los estímulos que se perciben en la primera infancia. Si los estímulos no son adecuados, el desarrollo madurativo del niño/a tampoco lo será y esto tendrá implicaciones en su vida.